CONDUCIENDO EL MUNDO EMOCIONAL (Manejo de las emociones)
- colegiobacaflor
- 3 ago 2023
- 5 Min. de lectura
Manejo de las emociones
* Dr. José Céspedes...

Aquí y ahora nos dirigimos a los padres de la familia bacaflorina.
Vamos a vislumbrar o comprender mejor el mundo emocional (recordemos que lo emocional y lo racional son inseparables). Un autor afirmó que cuando las emociones se integran con la razón “nos hacen más sabios” porque es muy limitado cuando utilizamos solo nuestro intelecto o razón.
Las emociones en nuestro diario vivir cumplen con una variedad de tareas o funciones que hay que valorar y comprender (para saberlas utilizar, gestionar, conducir o manejar):
- Función informacional, que nos hacen ver, sentir lo que ocurren dentro nuestro sea cognitivo o fisiológico (básico para tomar decisiones y dar una respuesta), es tambien comunicativa porque decimos lo que sentimos, pensamos, hacemos o lo que nos está afectando.
- Función motivacional, se refiere a fuerza o energía para orientarnos y llegar a algo, meta, objetivo o fin.
- Función adaptativa que permite ajustarnos o prepararnos para una actividad, de manera precisa, contribuye a habituarnos a los cambios, incluye la reintegración, autodefensa o protección en situaciones determinadas.
- Función social, contribuye a la comprensión de lo que se siente, a comunicarnos y a las buenas interrelaciones (facilitando la expresión de emociones, lo que es importante en la convivencia)
"Un autor afirmó que cuando las emociones se integran con la razón “nos hacen más sabios” porque es muy limitado cuando utilizamos solo nuestro intelecto o razón".

En la formación de nuestros niños, como papás, es de alta responsabilidad orientar, guiar, conducir la expresión y control de las emociones porque “eso es lo que hace a nuestra vida rica” (afirma Coleman)
Esa alta responsabilidad como padres familia significa que cuidamos a nuestros niños desde el vientre maternal y cada día desde su nacimiento, cada instante de su vida, tenemos que ser modelos, ejemplos de vida, estar mejor preparados para realizar la tarea de ser los primeros formadores, así conformamos la primera escuela de la vida: la familia
Hoy en día, como lo manifestó Jean Paul Sartre; “No sabemos lo que queremos, y aun así somos responsables de lo que somos…”, por ello realizar responsablemente lo que queremos emocionalmente con nuestros hijos es trabajar en conocernos a nosotros mismos, auto conducirnos, es decir:esforzarnos siempre para ser mejores en nuestra función de padres. También es fundamental estar informados y saber relacionarnos con las personas que nos rodean.
Ahora, como padres podemos manejar o conducir nuestras propias emociones, practicando en nosotros lo siguiente:
- Conocernos mejor: “conócete a ti mismo” en: pensamientos, emociones, intensiones; mirémonos en el espejo y seamos sinceros con nosotros mismos
- Autocontrolarnos y saber reaccionar en los momentos negativos (evitar: gritar, insultar, ofender, comparar, manipular o ser totalmente indiferentes)
- Pensar antes de actuar o reaccionar (concentrándonos en el problema, ver lo que es central y no irse por “las ramas”) así no lamentamos las consecuencias negativas.
- Respirar hondo, relajarse antes de actuar (contar hasta 20 antes de reaccionar), para que no se repita lo inadecuado o negativo.
- Analizar las causas, las consecuencias de toda situación problemática, pero sobre todo ver lo verdadero, lo rescatable, lo positivo, pensar en crecer, en desarrollar alternativas (no aumentar o agrandar el problema).
- Empatía: colarse en el lugar del otro (cónyuge, maestra, amigo, vecino, hijos) escucharlo, mirar a los ojos, evitar: dramatizar, hacer teatro, dar grandes aspavientos como si se acabara el mundo. Tratar de entenderlo.
- Dialogar con serenidad, claridad y sensibilidad, lo que significa: quitar lo insignificante, lo inútil, lo chismoso del asunto y ver lo esencial del tema.
- Buscar los motivos que causan nuestras emociones, saber expresarlos debidamente, controlando nuestras posturas o gestos, nuestro tono de voz y lo que vamos a decir (contenido del asunto, tema o problema).
- Indagar las mejores formas de hacer convivencia en: diálogos, juegos, tareas, compartir, asumir responsabilidades, reflexionando y en resolver las situaciones difíciles.

- Buscar ayuda cuando no podemos controlar nuestras reacciones, recordemos que no los sabemos todo o que no tenemos suficiente experiencia; alguien decía: “no darnos de sabiondos cuando no tenemos” la suficiente información, a veces ni leemos, ni consultamos, tampoco asistimos a cursos, talleres, escuela de padres, es decir: seguir hundidos en la misma forma de ser, de rutina, de agresividad, inconformidad, inadecuadas expresiones de nuestros sentimientos, emociones o gustos. Pedir ayuda es un acto de inteligencia práctica, un acto de humildad para superarnos, es la forma sencilla de encontrar respuestas.
- Crear un ambiente estable, de confianza, de seguridad, lograr una cultura de desarrollo en la familia (previendo actividades, encuentros, aprendizajes en casa o fuera de ella).
"Recordemos que nuestra inteligencia cognitiva es como una gota de agua en el océano de nuestra afectividad (emociones, sentimientos, gustos). De poco o nada sirve que seamos técnicos, profesionales, de alto rango social, si no sabemos tratar, compartir o expresarnos ante los demás".
Entonces, nos será factible conducir o manejar debidamente las emociones en nuestros niños. Para ello podemos considerar estas orientaciones, aplicándolas:
- Jugando con nuestros niños (que expresen lo que sienten), es la mejor forma de aprender (allí se manifiestan reacciones, impulsos, pensamientos, tonos de voz, valores: obediencia, respeto, colaboración, amor).
- Enseñándoles a tener serenidad a través de técnicas de respiración y de relajación
- Aprendiendo y practicando: paciencia, tolerancia y actitudes positivas en cada momento (porque nosotros lo vamos practicando como padres de familia).
- Lograr que nuestros hijos (desde los más pequeños) reconozcan sus emociones y los identifiquen (agradables o desagradables, aceptables o chocantes).

- Que aprendan a obedecer, a cumplir, las reglas, normas, límites, hábitos, responsabilidades, rutinas, tanto de parte de los niños como de cada uno de los integrantes de la familia, haciéndolos pensar, reflexionar lo positivo de ello, de cómo se integran esfuerzos que así hagamos familia y podremos superarnos, (puntualidad, compartir, ayudar, horarios: de estudio que incluye tareas, acostarse y levantarse, ver televisión y para usar la computadora o celulares).
- Hacerlos participar (los papás lo prevemos) en canciones, bailes, teatro, escuchar música, deporte, jugar en la mesa, jugar en la sala, (a la vez que se enseña, tambien se aprende), dejando y orientando la manifestación de emociones, sentimientos y gustos.
- Dejarlos un momento solos allí mismo o que vayan a su habitación cuando entren en a estallidos emocionales, que son difíciles de manejar, momento después hacerles reflexionar, analizar, asumir compromisos de cambiar.
- Hacerlos partícipes de opiniones, reflexiones, expresiones de gustos y emociones: fortaleciendo su autoestima, sentido de identificación, integración, empatía, de los planes de salida en días que sean posibles o fines de semana para visitar el campo, zonas de siembra, zoológicos, iglesias, parques, museos, eventos artísticos. Todo esto sistematizado permite conformar una cultura familiar de integración, participación y aprendizaje continuo (esto muy poco practicado en nuestra sociedad).
- Que los niños expresen, expliquen sus emociones, sus aprendizajes, sus inquietudes y encuentren lo positivo, las soluciones, reacciones con tranquilidad, perciban y acepten las alternativas frente a esas emociones y aprendizajes (aplicamos: diálogos, dibujos, cuentos y otras actividades antes mencionadas).
Recordemos que nuestra inteligencia cognitiva es como una gota de agua en el océano de nuestra afectividad (emociones, sentimientos, gustos). De poco o nada sirve que seamos técnicos, profesionales, de alto rango social, si no sabemos tratar, compartir o expresarnos ante los demás.
Pongámonos al día (“pilas”), para ser padres amorosos, equilibrados, educadores; consecuentemente, evitamos caer en las patologías emocionales, es decir: emociones negativas que son ser excesivas, de larga duración, o nos domina cada momento, nos monopolizan y alteran finalmente nuestra forma ser, nuestra personalidad (es entonces que tendríamos que recurrir a los especialistas).
Dr. José Céspedes Gamboa
AQP, agosto 2023
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